Para ella era importante teatralizar todo lo relacionado con el sexo, decía que le servía de inspiración. Estuvimos saliendo más de un año, y durante ese tiempo jamás se enamoró de mi. ¡Menos mal! Sólo quería que folláramos en todas las habitaciones de la casa, pero nunca quedaba totalmente satisfecha.- ¡Eres demasiado austera!, - le dije. - Quizás por eso la moda le tenía sin cuidado, era su opción estética. Le encanta todo lo reciclado.
El primer desengaño me lo llevé cuando empecé a cohabitar con ella. Descubrí que guardaba en una preciosa caja de tafilete toda su lencería erótica, no sé para cuándo, pensé - salvo al principio - Y con las braguitas igual. El segundo cuando me dijo que no le gustaba que le comieran el coño, pensaba que era algo sucio, solo follar, eso si, de todas las posturas; pero no es lo mismo. Cuando vives con una mujer así estás en vilo, acabé un poco trastornado, no sé si me explico.
- No se dejen engañar, el hombre pierde su atractivo cuando se casa, amén de su libertad. No me queda otra, (ahora que puedo), que dedicarme en cuerpo y alma a la dolche vita . - ¡Ellas lo saben y las pone cachondas!. - Lo malo, es que siempre hay alguna que se enamora de mí, y al final, termina pareciéndose a su madre. ¡Cómo comprenderán es un problemón!... que ya tengo resuelto y funciona.
Tal vez alguno de ustedes se pregunte: ¿Cómo me atrevo a contar estas intimidades? Sobre todo estando ella delante. Pero esto nunca va a ocurrir, porque mi literatura lleva un neurotransmisor que se activa con la imaginación.
Tan sencillo como hacer una reserva un finde, en un Hotel con SPA. Nada más entrar, incluso antes que abra la maleta, estamos follando. - Hay que probar cama -. Después de la siesta, nos bajamos al balneario, y allí en un reservado, tras bebernos una botella de champagne y galvanizarnos de arriba a abajo; la penetré por detrás, lo que vulgarmente se denomina, " a cuatro patas"; y por la noche igual. - ¡Pero, atención, cuando estén dormidas!. Les molesta muchísimo, - normal - , que si las despiertas, que si están secas... Si no me creen, póngalo en práctica.
A mi me pasa lo que a todos, cuanto más se quejaba, más me excitaba, y más la penetraba... No nos engañemos, en el fondo están locas por mi polla. Por eso, y para estar más seguro, cuando salimos a la calle voy un paso por delante, las asfixio; y si tampoco funciona, me pongo a mirar a todas las chicas guapas que pasan a nuestro alrededor; nunca falla, su amor propio queda maltrecho. Después, dejan de llamarme.
Como dijo uno que sabía mucho. "En esta vida las cosas no tienen valor si no las pones en escena. Valer y saberlo mostrar es valer dos veces".