Esta novela me ha llegado por casualidad y le estoy muy agradecida a Juani P. V. de Facebook por habérmela recomendado. Madrid primavera de 1939, Jimena Bartolomé, nacida en Rascafría, (es el pueblo de la autora, por eso está descrito con tanto cariño) apenas salida de la adolescencia, se enamora de Luis, de buena posición, comunista, con un hermano, Ramón, y una madre Matilde, una mujer resentida, que no acaba de encontrar su sitio en la alta sociedad, le avergüenza tener un hijo de izquierdistas Luis, pero acaba de los nervios cuando se entera que se ha casado con una chica humilde, no puede verla, se la tiene jurada, a la inocente Jimena Bartolomé, enamorada hasta los tuétanos de su hijo; con 19 años deja su pueblo, a sus padres y hermanas, para casarse en Madrid por lo civil, con el amor de su vida.
-Vemos una foto aérea de la cárcel de mujeres Las Ventas, demolida- Es un período muy crítico en España, y en toda Europa. Franco ha ganado la guerra, y se instaura una dictadura. El marido de Jimena al igual que cientos de republicanos, tiene que huir a Francia sin posibilidad de volver. Su cuñado Ramón, mantiene a la familia gracias a un negocio familiar de tejidos, heredada del abuelo; le prometió a su hermano que la ayudaría, y eso hizo, llevándola a su casa, aquí pasan cosas, que no las digo naturalmente... La pbre chica de pueblo acaba en la cárcel de mujeres de las Ventas, acusada de tener un novio de izquierdas.
En esta siniestra institución, la directora, un personaje que existió, y que la periodista Ana G. Cañí, ha desempolvado de la historia. Nos hace una descripción de ella, metiéndonos de lleno en la época y en la cárcel que ella dirigió. Estoy hablando de la aristócrata María Topete Jiménez, del barrio de Salamanca, veraneo en San Sebastián, con diez hermanos, de los cuales tres son monjas... Fue la carcelera más dura para las mujeres rojas y republicanas, de una dureza de pedernal, como si el corazón se le congelase cada vez que franqueaba la puerta primero de la prisión de las Ventas, y luego la de San Isidro. Fue directora durante 26 años.
Jimena Bartolomé, nuestra heroína, hizo el amor como nunca la última noche que pasó con su marido, antes de huir a Francia, tuvo un hijo, Luisito, que desafortunadamente, nació en la cárcel, y la Copete nada más verla, le tomó manía por diversas "cosas" que hay que leer. La autora te describe la dureza del invierno la falta de higiene, vivían hacinadas, faltaban medicinas, sobre todo la penicilina, tan necesaria para las infecciones, ¡que gran descubrimiento! En este ambiente tan derrogado, la mortalidad infantil era enorme.
SI A LOS TRES AÑOS NO HE VUELTO, recrea a través de unos personajes ficticios, pero reales, la existencia de las cárceles de mujeres en la posguerra, acusadas de delincuentes, alcohólicas, degeneradas; pero sobre todo, miles fueron encerradas por ser pareja, madre o hermana de algún republicano o comunista, casi todas por chivatazo. Las Ventas una cárcel para 450, llegaron a estar más de 6.000 mujeres traídas de todos los penales de España, hasta que el 17 de sep de 1940, llevaron a todas las madres lactantes a la Cárcel Maternal de San Isidro. El orgullo del Glorioso Alzamiento Nacional, salía por el Nodo y la prensa, lo bien que funcionaba esta cárcel, todo mentira. Una pantomima, lo único cierto eran los talleres de las bordadoras, de la que estaban muy orgullosas, ropa blanca que iba directamente iba a las clases altas, mantelerías, sábanas, etc, todas con hermosos bordados y rematados con fina vainica.
Pero (En esta foto sale la Topete) lo que más me ha alterado en el personaje del psiquiatra Antonio Vallejo-Najera, lo recuerdo muy bien porque mi madre tenía un libro suyo, y porque leí su "Yo, el Rey" Premio Planeta, 1985, sobre el hermano de Napoleón. Al principio muy influenciado por las idea germanófilas de purificar la raza, dejó escrito, que ser "rojo" venía de un defecto genético, y por tanto había que alejar esos niños de sus madres. La Topete, seguidora fiel de sus ideas, impidió que los niños mamaran la leche comunista, redujo el contacto de esas madres con sus hijos a una hora diaria, aunque estuvieran enfermitos, para después entregarlos en adopción a familias pudientes ,o a seminarios y conventos, haciendo desgraciados a unos niños sin vocación. Acabada la guerra en el 47 fue nombrado profesor psiquiatra de la Universidad de Madrid, cargo que ejerció hasta el 59.
También me ha gustado la descripción de las dos Españas, la que pasaba hambre, la de las cartillas de razonamiento y el estraperlo; y la alta, la católica, la aristocrática, y la de los miembros del Gobierno asistiendo a su deporte favorito, la caza; había otra la mediana, aquí entraba Ramón, el hermano de Luis, un personaje encantador; así como la continua referencia a la renovación cultural y pedagógica, de la Institución Libre de Enseñanza, fundada en 1876
Es una novela que puede herir la sensibilidad, son tan descarnadas algunas escenas que casi apartas la vista, como si las imágenes se te echaran encima... hasta que al final, por fin, aparece la única persona capaz de ayudar a Jimena y a su hijo que ya va para tres años en ese infierno, no digo más, pero sí contar que sale un personaje muy importante, el banquero más rico de España, una pista, siempre que voy a Madrid, o iba, entraba en su fundación. Y no digo más.
Objeciones, pocas, se me hizo un poco pesada la introducción de la familia Topete, así como el insistir en las descripciones carcelarias, durísimas, para llegar a un final apresurado, pero necesario al fin y al cabo.
Se trata de un antagonismo inolvidable de dos mujeres, una en el poder, María Topete, directora de las cárceles las Ventas y San Isidro; y la otra Jimena Bartolomé, joven esposa de un comunista. Resultado, una novela imposible de soltar.
APUNTES CULTURALES
Todos los germanófilos acabaron muy bien situados en los primeros gobiernos de Franco, con el paso de los años, y sobre todo para ganarse el favor de los aliados, los fue destituyendo por hombres de inclinaciones monárquicas, y democristianas.
El 17 de sep de 1940 un tropel de mujeres con sus petates y sus hijos en brazos, llegaron al chalé de la Carrera de Jesús, dos meses antes, había comenzado la Batalla contra Inglaterra. Los nazis bombardeaban sin piedad Londres, Franco estaba eufórico.
Ese mismo año salió al mercado la muñeca Mariquita Perez, el prototipo de las niñas bien.
La INSTITUCIÓN LIBRE DE ENSEÑANZA, de GINER DE LOS RÍOS, fundada en 1876 por un grupo de catedráticos, se separaron de la Universidad Central de Madrid, y empezaron a enseñar al margen de los dogmas oficiales en materia religiosa o política. Aquí estudiaron los hermanos Machado, aquí no hubo castigos ni rezaban el rosario...Introdujeron el deporte femenino, la gimnasia, el tenis; o conceptos tan maravillosos como la evaluación continua, en vez de los exámenes, practicas habituales a partir de 1918. Sus metas cristalizaron en otras instituciones, la más conocida es la Residencia de Estudiantes, donde estuvieron Lorca, Dalí y Buñuel. Se hicieron muchos cambios, pero la figura que más me conmueve, es la del maestro; un maestro bueno que leía poesía de un tal Machado, o Lorca o Miguel Hernández...y tantos y tantos intelectuales.
En los cines de Madrid, antes de empezar la película se cantaba el Cara al Sol. Se puso de moda un peinado llamado "Arriba España" muy característico, muy cardado hacia arriba, mi madre lo llevó varios años.
La práctica cruel de la adopción justificada por teorías pseudocientíficas, era defendidas sin fisuras por médicos, religiosos y legisladores de renombre de la época.
La cárcel de las Ventas, modelo soñado por Victoria Kent, nombrada durante la II República, por el gobierno presidido por Alcalá Zamora, Directora General de Prisiones. Hizo importantes reformas, como quitar grilletes y cadenas, o las celdas de castigo. Llegó tanto su popularidad que su nombre salió en el conocidísimo chotis "El Pichi", parte de una revista frívola "Las Leandras". Victoria Kent, nunca imaginó que su ideal de cárcel, llegara a ser un contenedor de carne.
Algo digno de encomiar es la auténtica solidaridad de esta comunidad de mujeres, que aún en las condiciones más duras, crearon unos vínculos fortísimos de amistad y apoyo.