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                  De 1925 a 1929 Alemania gozó de una buena estabilidad política y una apreciable mejora económica. Los mensajes de Hitler sobre odio racial, Tratado de Versalles y antijudios, no interesaban a casi nadie, el pueblo intentaba olvidar los horrores de la 1ª Guerra Mundial. Pero entonces llegó LA CAIDA DE WALL STREET, (tb conocida como el crac del 29). La estrecha dependencia de la economía alemana con la estadounidense, provocó que fuera el país más afectado aumentando el desempleo. Esta atmósfera fue explotada por Hitler en sus famosos discursos, ganando adeptos. Si en 1928, 800.000 personas votaron al partido nazi, en 1930 se disparó a 6,4 millones de personas, y continuó aumentando.

            En las elecciones federales de 1932, 13 millones de alemanes votaron al partido nazi, pero no consiguieron la mayoría. El Partido Nacionalista Obrero Alemán, más conocido como Partido Nazi, tenía su propia tropa de asalto, engrosada con ex soldados y jóvenes descontentos, perfectamente organizado en jerarquías y rangos, eran las temidas Camisas Pardas o SA; su labor era implantar la disciplina a base del terror.

            El 26 de febrero de 1932, el presidente del régimen político o sea la República de Weimar, Hilderburg se presentaba para la reelección, fue general en la 1ª G.Mundial, era un viejo chapado a la antigua; mientras que Hitler se prepara con unos método más modernos. Contrata a un fotógrafo  Heinrich Hoffman con fines oficiales propagandísticos,(más tarde a la cineasta Leni Riefenstahl de la que hablare en otro post), y nombra a Josep Goebbels, el temido ministro de  Propaganda del Tercer Reich (1933-45) dotado de una oratoria fluida y convincente; este hombre entendía a la perfección el poder de los medios, por eso sus campañas durante las elecciones tuvieron tanto éxito, pero no fue suficiente, porque ningún candidato obtuvo la mayoría absoluta. Pero en una 2ª vuelta el 10 de Abril, sí hubo un ganador claro, fue el colosal presidente HILDELBURG a la edad de 85 años. Él y su gabinete, todos conservadores, decidieron nombrar CANCILLER (viene a ser como ministro de asuntos exteriores) a Hitler, craso error, pensaban que así lo tendrían más amaestrado, y fue todo lo contrario, fue como meter al lobo en el corral.

              El 30 de enero de 1933, Hilderburg le tomó juramento. Por la tarde Goebbels organizo un gran desfile con antorchas para celebrar el acto, fue una manera muy mística de reafirmar el Nacionalsocialismo, toda la población quedó entusiasmada.

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