Los órganos internos de los animales que caminan a cuatro patas, se hallan suspendidos libremente en el abdomen, por lo que se encuentran muy bien irrigados. sin embargo, los nuestros están apilados, o sea, unos sobre otros. Os propongo que de vez en cuando los relajemos, es divertido, y si se hace con frecuencia, los beneficios son muchos.
EL YOGA tiene la solución.
Coge una colchoneta, o una manta vieja, (y los que tengáis alfombra, mejor) porque nos vamos a acomodar en el suelo en la postura de cuadropedia, ya sabéis, similar a la de un perro. Date un tiempo, porque enseguida la sangre empezará a circular libremente. Ahora siéntate despacito en los talones, baja la frente al suelo, mientras mueves los brazos estirándolos delante tuyo. Cierra los ojos y quédate en esta posición durante unos segundos. Es rara, pero muy cómoda, porque también estiras toda la espalda, desde las mismas lumbares.
Hay una variante. Solo tienes que mover los brazos hacia atrás, con las palmas boca arriba. Es muy relajante , perfecto para hacerlo antes de dormir, encima de la cama mismo. Nos despedimos del día que hemos vivido, damos las gracias al Universo, o a quién tu quieras. Y a dormir.
BUEN DESCANSO