Con LOLITA (1955) su autor Vladimik Nabokov creó uno de los pocos mitos que ha sido capaz de crear la literatura contemporánea. Su protagonista Humbert Humbert, un hombre de 40 años, es uno de los grandes personajes literarios de todos los tiempos. El director Stanley Kubrick la llevó al cine en 1962, y el propio autor colaboró....
Disculpen, estaba distraída... Gracias por venir, me llamo Lara y tengo 24 años. A pasado el tiempo, y diríase que he crecido de golpe. Muchos deseos se han cumplido, otros, aún no entreveo el final. Esta es la historia de una pasión amorosa y sus consecuencias. Yo tenía entonces 13 años y...
Siempre fui una niña con una identidad sexual muy marcada - como mi madre - una mujer insólita, llena de matices. El más básico - no sabía estar sin un hombre - Se acababa de divorciar, y ya había traído a casa dos "novios"; a penas llegué a conocerlos, se pasaban todo el día en el dormitorio. Su filosofía era, "El amor no se lee, se hace", y también, "La gente tiene cada vez más sexo, pero menos placer" - La adoro - Siempre descubría un punto de luz, aún en los momentos de oscuridad -
A pesar de sus ausencias, siempre me hizo sentir importante. Era modelo. De pequeña se sentaba frente a mi y me decía: "En vez de rezar comunícate con la vida, las emociones expándelas, no las reprimas", ¡Que me escuchan los vecinos! ¿y qué?. ¡Hija mía, bastante tiene una con lo que no tiene!. No veas la cara que pusieron cuando les presenté a Carlos.
Carlos no se parecía a los anteriores novios de mamá, además de guapo, era simpático, optimista y soñador - acababa de llegar, era el nuevo director del banco. Poco a poco se fue haciendo un hueco en nuestras vidas. Los domingos era mi día favorito, quedábamos con los amigos del Bici-Club, mamá nos preparaba unos bocadillos, hacíamos unas rutas chulísimas. De vuelta a casa, lo primero era la ducha, corríamos a ver quién llegaba antes. Hasta que un día ocurrió algo que no olvidaré en mi vida.
- ¡El calentador va justo de agua, mañana llamaré al técnico, mejor será que hoy os duchéis juntos! , dijo mi madre. ¡Dentro de una hora estará la comida, os aviso!.
Desde niña estoy acostumbrada a la desnudez. Tanto mi madre como mi padre, mostraron sus cuerpos sin remilgos.
Recuerdo ese momento, no paraba de contarle cosas, y sin más... cogí la esponja y empecé a enjabonarle el pecho, la cintura, el culo y naturalmente su "paquete". Yo, sabía perfectamente lo que era una polla, lo que no sabía, es que se iba a poner... ¡tan grande!. Salió de la ducha al instante, incluso pidió perdón. Sino corriera el riesgo de ser malinterpretada, diría que me había enamorado de Carlos. Me sentía totalmente confusa, por un lado, me daba envidia, - me hubiera gustado que mi padre fuera como él- Y por otro estaba mi madre, una rival difícil de superar.
Mi cabeza no paraba de pensar. Decidí no contárselo a nadie, sería mi secreto; algún día cuando la mentalidad de las personas cambie, lo escribiré.
Quería conocer todo sobre el sexo. Sabía que mi madre guardaba en la mesita de noche un libro muy bien ilustrado. Me enteré de muchas cosas.
Escribí en mi diario: "Carlos es el prototipo de hombre más sensacional que hay sobre la faz de la tierra... cuando lo veo los latidos de mi corazón van tan rápido, que serían capaces de hacer saltar el engranaje de las cosas".
Y ocurrió lo que tenía que ocurrir, justo al día siguiente, mi madre se acababa de ir, él dormía la siesta, yo, no le quitaba ojo de encima; por fin se despertó y le dije:
- ¡Espera, estás muy despeinado!, y me senté encima suyo. - ¡Te voy a poner guapo! - De fondo sonaba una canción que no he olvidado, era de Carlos Santana; suavecito empecé a moverme al ritmo de la música. Observé como sus mejillas cambiaban de color y su boca dibujaba una sonrisa frutal, al mismo tiempo que por abajo algo empezaba a moverse, se le estaba poniendo dura... de pronto dio un saltó que me asustó.
- ¡Bájate! ¡Por favor! ¡Obedece, bájate!
Se levantó muy serio y empezó a sermonearme... Yo bajé la mirada mientras salía por la puerta. Acababa de cruzar la línea donde la sensatez se desvanece; acababa de descubrir un campo telúrico donde los hombres y las mujeres lo pasan en grande. Deseé hacerme mayor, ideé un plan para escaparnos juntos. La verdad es que Carlos daba mucho juego, no sabría como definirlo, siempre estuvo en su mejor momento.
A partir de ese día, todos los domingos nos duchamos juntos. ¡Quiero dejar bien claro, que él jamás me tocó!. ¡Yo tampoco!. Me hizo prometerle, - sino, no habría ducha - ¡Se lo prometí! Al terminar, me pedía lo dejara solo, y eso le hice creer, escuché todos sus orgasmos, mientras corría el agua.
- ¡Llegará un día que estemos juntos, lo juro! - pensé.
También se fue, pero no por lo que piensan, lo trasladaron a Madrid. Ayer, después de 10 años sin saber de él, me lo crucé a la salida del metro, no me reconoció, yo empecé a seguirlo.
P.D. La imagen pertenece al fotógrafo DAVID HAMILTON